Ocurrio el 3 de diciembre de 1984 en Bhopal (India) fue una fuga de 45 toneladas de isocianato de metilo en una fábrica de pesticidas. Existen diferentes teorías que se
desprenden de las investigaciones realizadas por la misma empresa, y por la justicia,
una de ellas dice que el accidente se produjo al no tomarse las debidas
precauciones durante las tareas de limpieza y
mantenimiento de la planta, lo que hizo que el agua a presión utilizada y los
cristales de cloruro sódico, restos metálicos y otras impurezas que la misma
arrastraba, entrasen en contacto con el gas almacenado, iniciando una reacción exotérmica que provocó la
apertura por sobrepresión de las válvulas de seguridad de los tanques y con
ello la liberación a la atmósfera del gas tóxico; con el agravante de que el
sistema de refrigeración de los tanques y el catalizador de gases previo a la
salida a la atmósfera, ambos se habían desactivado por ahorro de costos. Monumento
en memoria de las víctimas, y murales alusivos al desastre, cerca de la planta
en Bhopal. Al entrar en contacto con la atmósfera, el compuesto liberado
comenzó a descomponerse en varios gases muy tóxicos (fosgeno, monometilamina y
especialmente ácido cianhídrico, también conocido como ácido
prúsico o cianuro de hidrógeno) que formaron una nube letal que, al ser más
densos los gases que la formaban que el aire atmosférico, recorrió a ras de
suelo toda la ciudad. Miles de personas murieron de forma casi inmediata
asfixiadas por la nube tóxica y otras muchas fallecieron en accidentes al
intentar huir de ella durante la desesperada y caótica evacuación de la ciudad.
Se estima que entre 6.000 y 8.000 personas murieron en la primera semana tras
el escape tóxico y al menos otras 12.000 fallecieron
posteriormente como consecuencia directa de la catástrofe, que afectó a más de
600.000 personas, 150.000 de las cuales sufrieron graves secuelas. Además,
perecieron también miles de cabezas de ganado y animales domésticos y todo el
entorno del lugar del accidente quedó seriamente contaminado por sustancias
tóxicas y metales pesados que tardarán muchos años en desaparecer. La planta
química fue abandonada tras el accidente y Union Carbide no respondió por los
daños causados.
CARMEN MACAS
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