En principio, la compañía Tokyo Electric Power (Tepco) desechó que el líquido fuera tóxico. Sin embargo, un segundo muestreo realizado fuera de la planta reveló que el líquido contenía 0,22 becquereles de cesio-134 y 0,39 becquereles de cesio-137 por litro.
Tepco explicó que diariamente unas 400 toneladas de aguas subterráneas adicionales se acumulan en los sótanos de los edificios que albergan los reactores nucleares.
Asimismo, sostienen que además del riesgo de que el agua se desborde al exterior, la acumulación del líquido impide a los técnicos el acceso a los edificios para comenzar a asesorar sobre el desmantelamiento de las unidades de fusión.
Los sistemas de refrigeración, que deben enfriar de manera continua los reactores, son los responsables del aumento del volumen del líquido.
La empresa ha explicado que para ralentizar esta acumulación de líquido, es necesario un sistema de bombeo que redirija el agua al océano, antes de que desemboque en los edificios de los reactores.
Ante la negativa de la población adyacente a este vertido, Tepco se ha visto obligada a almacenar esa agua subterránea que ha logrado desviar en unos tanques propios, mientras intenta lograr la aprobación de los pescadores.
Por otro lado, el Gobierno ordenó a la empresa "congelar" la tierra del subsuelo alrededor de los edificios de los reactores, para crear un muro que mantenga fuera el líquido
DANIEL PALENCIA LUJÁN
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