El
sistema inmunitario destruye bacterias y virus, pero ataca de igual forma a
otras sustancias como las nanopartículas (Son las partículas de dimensiones
microscópicas) que se introducen para suministrar fármacos o a
dispositivos como los marcapasos. Ahora, un equipo de investigadores de la
Universidad de Pensilvania (EE UU) ha creado un péptido (moléculas
formadas por la unión de varios aminoácidos
mediante enlaces peptídicos, responsables
por un gran número de funciones, muchas de las cuales todavía no se conocen.) sintético
capaz de engañar a las defensas y actuar como pasaporte de sustancias y
dispositivos terapéuticos. Permite introducir sustancias en el organismo sin
que sean detectadas y atacadas por el sistema inmune.
El
sistema inmune existe para destruir intrusos en el organismo, como las
bacterias y los virus, pero ataca de igual forma a otros elementos
terapéuticos. “Desde la perspectiva del cuerpo, una punta de lanza de hace
1.000 años y un marcapasos son percibidos de la misma manera: como un invasor.
Con nuestro trabajo buscamos que los dispositivos terapéuticos, las suturas o
las nanopartículas para el suministro de medicamentos no causen una respuesta
inflamatoria por parte del sistema inmune
¿Cómo
funciona este proceso? Entre los muchos componentes celulares existen los
macrófagos, que se encargan de engullir y destruir a los invasores. Si detecta
a las proteínas pegadas a un invasor extraño, lo van a comer o –con la ayuda de
otros macrófagos– se formará una barrera a su alrededor. En el 2008, el
profesor Dennis Discher mostró con su grupo de trabajo que la proteína humana
CD47, que se encuentra en casi todas las membranas celulares de mamífero, se
une a un receptor de macrófagos conocido como SIRPa en los humanos. Como si se
tratara de un guardia patrullando la frontera, solicita los ‘pasaportes’. Si el
SIRPa se une a un CD47, el macrófago considera que no se trata de un invasor.
“La proteína dice, literalmente, ‘no me comas’, asegura
Los
investigadores demostraron la eficacia de este péptido sintético en ratones
modificados genéticamente, pues contaban con macrófagos con receptores SIRPa
similares a los humanos. Se les inyectó dos tipos de nanopartículas: unas que
llevaban el ‘pasaporte’ y otras que no. Luego se midió la velocidad en que el
sistema inmune de los ratones los elimina. La sencillez en su fabricación hace
que se convierta en un componente atractivo para agentes terapéuticos a futuro.
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