jueves, 28 de febrero de 2013



El sistema inmunitario destruye bacterias y virus, pero ataca de igual forma a otras sustancias como las nanopartículas (Son las partículas de dimensiones microscópicas) que se introducen para suministrar fármacos o a dispositivos como los marcapasos. Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Pensilvania (EE UU) ha creado un péptido (moléculas formadas por la unión de varios aminoácidos mediante enlaces peptídicos, responsables por un gran número de funciones, muchas de las cuales todavía no se conocen.) sintético capaz de engañar a las defensas y actuar como pasaporte de sustancias y dispositivos terapéuticos. Permite introducir sustancias en el organismo sin que sean detectadas y atacadas por el sistema inmune.
El sistema inmune existe para destruir intrusos en el organismo, como las bacterias y los virus, pero ataca de igual forma a otros elementos terapéuticos. “Desde la perspectiva del cuerpo, una punta de lanza de hace 1.000 años y un marcapasos son percibidos de la misma manera: como un invasor. Con nuestro trabajo buscamos que los dispositivos terapéuticos, las suturas o las nanopartículas para el suministro de medicamentos no causen una respuesta inflamatoria por parte del sistema inmune
¿Cómo funciona este proceso? Entre los muchos componentes celulares existen los macrófagos, que se encargan de engullir y destruir a los invasores. Si detecta a las proteínas pegadas a un invasor extraño, lo van a comer o –con la ayuda de otros macrófagos– se formará una barrera a su alrededor. En el 2008, el profesor Dennis Discher mostró con su grupo de trabajo que la proteína humana CD47, que se encuentra en casi todas las membranas celulares de mamífero, se une a un receptor de macrófagos conocido como SIRPa en los humanos. Como si se tratara de un guardia patrullando la frontera, solicita los ‘pasaportes’. Si el SIRPa se une a un CD47, el macrófago considera que no se trata de un invasor. “La proteína dice, literalmente, ‘no me comas’, asegura
Los investigadores demostraron la eficacia de este péptido sintético en ratones modificados genéticamente, pues contaban con macrófagos con receptores SIRPa similares a los humanos. Se les inyectó dos tipos de nanopartículas: unas que llevaban el ‘pasaporte’ y otras que no. Luego se midió la velocidad en que el sistema inmune de los ratones los elimina. La sencillez en su fabricación hace que se convierta en un componente atractivo para agentes terapéuticos a futuro.


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